El romero (Rosmarinus officinalis) es un arbusto leñoso originario de las regiones costeras del Mar Mediterráneo, que ha sido empleado desde hace miles de años por sus atributos gastronómicos y para la salud.
Las propiedades curativas del romero provienen de una variedad de compuestos presentes en sus hojas y tallos, tales como potasio, ácidos (cafeico, salicílico, rosmarínico) y sustancias antimicrobianas, antibacterianas, desinflamatorias y antioxidantes.
El romero puede usarse para los siguientes casos:
- Debido a sus efectos estimulantes y tónicos favorece la recuperación en el caso de las enfermedades respiratorias y del aparato digestivo.
- Por sus propiedades carminativas favorece la disminución de los gases en el tubo digestivo, sobre todo tomado en infusión.
- Posee un alto contenido de hierro y por este motivo puede ayudar a superar su falta en ciertos casos de anemia.
En lo que a su uso externo se refiere encontramos diversas aplicaciones del romero:
- Es adecuado para mitigar los dolores musculares y los calambres producidos por el esfuerzo físico, así como para desinflamar o relajar los pies, por lo que su uso es bastante frecuente entre los deportistas. Basta con realizar baños de romero durante 15 o 20 minutos o con aplicar sobre la zona en cuestión aceite de romero para notar sus efectos beneficiosos.
- Realizar masajes sobre el cuero cabelludo con aceite de romero, enriquecido con aceite de almendra, ayuda de manera notable a mejorar la circulación de la zona y el nacimiento del cabello.
- En los casos de uñas frágiles y quebradizas, evita que éstas se rompan.