La gasolina a base de nopal que Miguel Aké y Rogelio Sosa que crearon en Zitácuaro, Michoacán, cuesta $12; lo cual representa un ahorro del 40% frente al litro de combustible Premium que actualmente ronda los 20 pesos.
Este es un proyecto que ha representado el interés de personajes internacionales como el ex Ministro de Energía de Indonesia, quien quiso comprar el invento. Sin embargo ellos se negaron ya que “este invento está hecho para y por los mexicanos” , afirma Rogelio.
Si hoy en día se comenzara a utilizar la gasolina ecológica de Rogelio y Miguel, el encarecimiento de 2008 a la actualidad sería sólo de 36%.
A pesar de la visibilidad en el extranjero y de que en el Plan Nacional 2013 – 2018 se propone “contribuir a mejorar la calidad del aire, y reducir emisiones de compuestos de efecto invernadero mediante combustibles mas eficientes”, Rogelio y Miguel solo han recibido apoyo por parte del gobierno federal una vez a lo largo de 10 años. Aun así, actualmente los socios están por abrir al público Nopalimex, su planta distribuidora de biogás.
En 1982 Miguel experimentó con productos orgánicos como el maíz, cebada y caña de azúcar, sin embargo en el nopal encontró un alto contenido energético. Solo necesitaba a un socio que confiara en su proyecto.
Rogelio es de origen campesino, trabajaba en la industria del maíz y las tortillerías; cuando los precios del gas LP y la gasolina aumentaron, vio afectada su economía.
Fue ahí cuando Miguel y Rogelio se unieron para formar este gran invento. A base de prueba y error, Rogelio y Miguel crearon una variedad de nopal a partir de polinizar 150 especies de nopales diferentes; con esta especie pueden cosechar de 600 a 800 toneladas por hectárea, cuando el promedio de cosecha se encuentra entre 200 y 800. Es decir, la producción de Nopalimex es muy rentable, además de que no afecta la alimentación de los mexicanos porque ésta no es una variedad destinada al consumo.
PRODUCCIÓN COMPLETAMENTE LIMPIA
Un centenar de nopales, sin importar su tamaño o estado, son llevados al molino para su trituración; es así como comienza el proceso de elaboración de biogás. Posteriormente la mezcla es trasladada a un tanque de fermentación donde las bacterias y microorganismos descomponen el nopal en ausencia de oxígeno, generando el metano.
Los primeros resultados arrojaron que el gas tenía sustancias nocivas, para limpiarlo buscaron la ayuda de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI). Ramiro Magaña, coordinador nacional de la misma, mandó a Viena las muestras del producto y los datos mostraron que el producto tenía una alta calidad de biomasa, material capaz de ser transformado en combustible.
Con ayuda del INNEL, perfeccionaron la técnica de limpieza en la que eliminan el ácido sulfúrico, que es altamente corrosivo, y otras sustancias nocivas. Firmaron un convenio con el INNEL para utilizar sus datos y experimentos, los aplicaron en la planta y fue así como desarrollaron el biogás que reemplaza la gasolina tradicional.
Para lograr el sustituto de la gasolina todavía se necesita secar el biogás para eliminar la humedad y posteriormente comprimirlo; después de esto puede ser cargado en el tanque del vehículo.
Los socios probaron la gasolina a base de nopal en un Chevy 98 con la intención de demostrar que sin importar el coche que se tenga, la población en general puede acceder a este invento.
El gas y el sedimento resultantes de la fermentación son reutilizados para aprovechar al máximo las propiedades del nopal. La primera sale del tanque con un alto contenido de nitrógeno, el cual es benéfico para las plantas, por este motivo los trabajadores de Nopalimex emplean el agua como fertilizante orgánico en el mismo plantío y con el sedimento orgánico se crea una composta que produce abono orgánico.
“Para abrir la planta al público en general no nos hacen falta clientes, porque los pobladores de Zitácuaro ya le preguntan a Rogelio por la inauguración; lo que necesitamos son inversionistas que apoyen este proyecto tan poderoso y novedoso para la sociedad mexicana” concluye Miguel.
Vía el Universal
Por Isis M. García Martínez